Soldadora industrial

Existe una gran variedad de equipos de soldadora industrial en el mercado, que se pueden clasificar según su tamaño, potencia, ciclo de trabajo, tipo de proceso de soldadura, etc. Aunque algunas máquinas son similares en apariencia pueden tener diferencias significativas, no tanto por su funcionamiento si no por su diseño interno que puede favorecer por ejemplo la tolerancia al polvo, a las variaciones de voltaje, al uso intensivo, etc.

¿Qué necesitas saber para elegir entre una soldadora industrial y una doméstica?

Para un uso doméstico no se requiere que la soldadora tenga protección adicional contra todos estos factores que podrían elevar su costo y solo requieren de las características básicas para realizar un trabajo esporádico de baja intensidad, además de no estar expuestas a factores ambientales adversos.

Existen diferentes términos que se refieren a este aspecto del rendimiento, no solo de las soldadoras sino de la maquinaria en general, para indicar el tipo de uso máximo que se le puede dar al equipo. Aunque no hay un consenso o normatividad para definir estos términos: “Uso casero”, “uso ligero”, “doméstico”, “medio”, “semiindustrial”, “industrial”, “profesional”, sirven como referencia para indicar al usuario la capacidad del equipo bajo ciertas condiciones de trabajo y hacer un uso adecuado del equipo dentro de sus capacidades recomendadas, así como para optimizar el factor costo-beneficio. Es decir, no tiene caso gastar en la compra de un equipo con características de uso industrial si el trabajo a realizar es muy inferior, así como no sería sensato utilizar un equipo de gama básica para un trabajo muy demandante.

Soldadora Industrial vs soldadora casera

Conceptos clave

Un concepto importante a tener en cuenta al diferenciar un equipo de otro es el ciclo de trabajo, en el caso de las soldadoras se define como el tiempo que se puede mantener soldando por cada 10 minutos. Si en la ficha técnica se indica que el equipo soporta soldar a 120 A con un ciclo de trabajo del 60%, significa que por cada 10 minutos puede estar soldando 6 minutos a ese amperaje.

Si se exceden esos rangos es muy probable que se sobrecaliente el equipo, si esto sucede esporádicamente el equipo cuenta con un sistema de bloqueo para detener la soldadura y evitar un mayor calentamiento, pero si es muy frecuente se produce una degradación de las partes internas, como los aislantes y terminales eléctricas e incluso el sustrato de las tarjetas electrónicas, lo que a largo plazo irremediablemente causa fallos.

En TSolda contamos con equipos de uso casero o doméstico, medio, profesional e industrial. La gamma doméstica abarca equipo adecuado para personas aficionadas que realizan un trabajo, o reparaciones por hobbie o proyectos también llamados DIY. Estos equipos usualmente tienen un ciclo de trabajo reducido, además de que son de dimensiones pequeñas y por lo general utilizan 127 V y en ocasiones también 220 V.

En esta clasificación se encuentran los equipos multiprocesos con las funciones de soldadora y cortadora de plasma, o los equipos más pequeños y portátiles que se pueden sostener fácilmente con una sola mano con una capacidad de 200-250 A. En cortadoras de plasma la de 50 A es considerada de uso casero y en soldadoras de microalambre las que usan solamente rollos de soldadura de menos de 5 kg. Estas máquinas se recomiendan para trabajar un promedio de 3 horas al día

Maquina multifuncional Arco/TIG/Plasma de uso ligero casero

Uso requerido

Los equipos de uso medio o profesional están enfocados a personas con conocimientos y habilidades para la soldadura de manera profesional, ya sea porque hayan trabajado en el ramo de manera profesional o porque tienen un proyecto piloto que requiere de un trabajo de alta calidad.

El equipo de uso medio ofrece algunas de las prestaciones de un equipo industrial como lo son la calidad de soldadura, la posibilidad de uso de consumibles y accesorios industriales, pero no son para un trabajo constante propio de una línea de producción continua. Estos equipos usualmente tienen dimensiones todavía portátiles, aunque un poco más grandes que los caseros. Lo cual los hace adecuados para trabajos de reparación y ensamble en campo.

Alimentación eléctrica

Usualmente estos equipos cuentan con alimentación monofásica 127 o 220 V. Aquí se encuentran las cortadoras de plasma de 60 y 80 A para corte de hasta 1’’, así como algunos modelos de soldadoras de microalambre de 250 y 300 A que utilizan rollos de uso industrial de 15 kg. También las soldadoras TIG de 200 y 250 A tipo MOSFET. Y las soldadoras de arco de 250 y 300 A tipo MOSFET o IGBT de tubo único (single tube IGBT).

Uso y mantenimiento de la soldadora industrial

Los equipos de uso industrial son más voluminosos y pesados, están diseñados para un uso continuo, en ocasiones no necesitan ser portátiles, pero si su peso es reducido como es el caso de los inversores se tiene una ventaja para su almacenamiento o relocalización. Estos equipos deben contar con accesorios de uso rudo, así como consumibles de alta duración.

Aunque se trate de soldadora industrial, algo que el usuario debe tener en cuenta es el ciclo de trabajo, ya que cualquier equipo puede funcionar con ciclo de trabajo del 100% hasta cierto punto, pero si se exceden las condiciones recomendadas por el fabricante es probable que a la larga se dañe por mal uso.

Por ejemplo, si se trabaja todo el tiempo un equipo a su máxima capacidad obviamente tendrá una probabilidad de falla a corto o mediano plazo. Pero si en su mayoría se utiliza al 60-70% de su capacidad o en su defecto como lo indique el fabricante el equipo tendrá una alta durabilidad y baja incidencia de fallas.

Dentro de esta sección se encuentran las soldadoras de microalambre de 250 A tipo MOSFET, de 350 y 500 A, las cortadoras de plasma de 100 A en adelante para uso continuo, las soldadoras TIG de 315 y 500 A, las soldadoras de arco sumergido, y las soldadoras de arco o MMA de 400 y 630 A, todas de tipo módulo IGBT, excepto la primera.

Soldadoras Industriales de microalambre (izquierda) y arco o MMA (derecha)

Es recomendable que el comprador esté consciente de las capacidades máximas del equipo que está adquiriendo para evitar futuras fallas por mal uso, además de que es posible que en esos casos también se pierda la garantía independientemente de la marca del equipo.

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